17 DE AGOSTO. FALLECIMIENTO DEL GRAL. JOSÉ DE SAN MARTÍN

Nació en la localidad de Yapeyú (provincia de Corrientes) el 25 de febrero de 1778. José Francisco fue el quinto y último hijo de Juan de San Martín y Gregoria Matorras, ambos españoles.
Después de cursar la carrera militar en España y enrolarse en el ejército español que combatió en África y también contra las tropas napoléonicas, regresó a su patria en la goleta inglesa George Canning junto con Carlos María de Alvear, decididos a ofrecer sus servicios al gobierno con el ánimo de colaborar con la independencia hispanoamericana.
El primer triunvirato le encargó a San Martín la organización de un cuerpo de caballería al que llamó “Granaderos a Caballo” La batalla de San Lorenzo que se desarrolló el 3 de febrero de 1813 fue el bautismo de fuego de los granaderos, que luego combatirían junto a su jefe en toda su campaña por la liberación sudamericana.
San Martín lideró la liberación de Chile, en las batallas de Chacabuco y Maipú. Declaró la independencia de Perú en 1821, poco después se encontró en Guayaquil con Simón Bolívar. Ambos son considerados los libertadores más importantes de Sudamérica de la colonización española.
Luego de la muerte de su esposa, marchó a Europa en 1824 con la salud muy quebrantada, permaneciendo algún tiempo en Gran Bretaña y Francia antes de instalarse en Bruselas. En 1830 se instaló en París y desde allí escribió numerosas cartas a los dirigentes argentinos. En 1848, casi ciego, se trasladó a Boulogne-sur-Mer (Francia) donde el 17 de Agosto de 1850 muere.
Sus restos fueron repatriados en 1880, y actualmente, desacansan en un mausoleo construido dentro de la Catedral Porteña. En casi todas las localidades argentinas hay una plaza, una calle, escuela o club con su nombre, y en muchas hay monumentos en su nombre.

Las «Máximas para mi hija»
San Martín escribió una lista de consejos para su hija Merceditas:

  1. Humanizar el carácter y hacerlo sensible aun con los insectos que nos perjudican.
  2. Inspirarle amor a la verdad y odio a la mentira.
  3. Inspirarle una gran confianza y amistad, pero unida al respeto.
  4. Estimular en Mercedes la caridad con los pobres.
  5. Respeto sobre la propiedad ajena.
  6. Acostumbrarla a guardar un secreto.
  7. Inspirarle sentimientos de indulgencia hacia todas las religiones.
  8. Dulzura con los criados, pobres y viejos.
  9. Que hable poco y lo preciso.
  10. Acostumbrarla a estar formal en la mesa.
  11. Amor al aseo y desprecio al lujo.
  12. Inspirarle amor por la Patria y por la Libertad.