10 DE JUNIO DE 1956. FUSILAMIENTO DE JOSÉ LEÓN SUÁREZ

Para comenzar a hablar de los fusilamientos de José León Suarez debemos remontarnos a  septiembre del año 1955 cuando militares bajo el mando de Aramburu derrocaron el gobierno de Perón. A partir de allí se instauró un régimen dictatorial que impulsó un conjunto de medidas contra el pueblo, la clase obrera y sus organizaciones gremiales: 
Proscripción de dirigentes sindicales peronistas.
Intervención de la CGT.
Se declararon nulas y disueltas las comisiones internas, 
Nombramiento de interventores militares en numerosos sindicatos, 
La ley de asociaciones profesionales fue derogada, quedando restringido el derecho de huelga, y luego de un breve acuerdo se decretó que habría elecciones gremiales en 130 días, 
Represión e intimidación del sindicalismo, con el arresto de cientos de dirigentes sindicales, 
Sanción del decreto 7107 de abril de 1956 que excluía de cualquier actividad a todos los que se hubieran desempeñado en la conducción de la CGT o sus sindicatos entre febrero de 1952 y septiembre de 1955, 
Designación de delegados de fábrica por parte del ministerio de trabajo, habiendo sido despedidos los anteriores, 
Ofensiva contra las condiciones de producción y de trabajo, exigiendo aumentos en la producción.
Perón en el exilio. El cadáver de evita había sido secuestrado de la sede de la CGT. Por ley no se podía nombrar a evita ni a perón ni al peronismo, y prohibiciones de distinto tipo. 
Había sido anulada la constitución de 1949. 
Muchos militares peronistas fueron encerrados en el vapor-prisión Washington, anclado aguas adentro del puerto de Buenos Aires.

Estas medidas y hechos  llevaron a parte de la población a tomar conciencia de su deber de defender los derechos que se habían conquistado en la etapa anterior. Entre  los presos en el  vapor-prisión Washington se encontraban castigados los Generales Valle y Tanco que desde allí comenzaron a gestar un movimiento que exigiría el fin de la persecución al peronismo; la restitución de la Constitución de 1949 y la libertad a los presos políticos. Norberto Galasso cuenta que Aramburu y Rojas tenían información de la conspiración entonces  “en la noche del 8 de junio de 1956 son apresados cientos de dirigentes gremiales para restar base social al movimiento. Aramburu viajó ese día a la provincia de Santa Fe, pero dejó firmado el decreto 10.362 que decretaba la Ley Marcial, y preparados los decretos 10.363/56, que establecía la pena de muerte, y el 10.364 que daría los nombres de los que serían fusilados. Los decretos estaban preparados porque eran correlativos y fueron publicados así en el Boletín Oficial con posterioridad. Valle y Tanco, que estaban en la clandestinidad, decidieron lanzar antes de que fuera tarde la asonada. La señal la daría la lectura de la proclama revolucionaria, a las 23 del 9 de junio. A esa hora comenzaba la tradicional noche de boxeo sabatina en el Luna Park, y las instrucciones a los insurrectos para lanzarse a la acción era escuchar el relato de la pelea de Lause. El equipo de Valle para esa tarea estuvo comandado por el coronel José Irigoyen, fue secundado por el capitán Costales y se sumaron varios civiles. Eran las diez de la noche. La radio debía instalarse en la Escuela Técnica N° 5 "Salvador Debenedetti" en Avellaneda. A las 22.30, un comando del gobierno los arrestó a todos. La proclama sólo pudo ser escuchada en La Pampa “Tomar las armas para restablecer en nuestra Patria el imperio de la libertad y la justicia al amparo de la Constitución y las leyes", decía en los primeros párrafos ese texto en el que se fue redactado por José María Castiñeira de Dios y José María Rosa.” 
Otros lugares de la rebelión fueron: Campo de Mayo, el Regimiento II de Palermo, la Escuela de Mecánica del Ejército, el Regimiento 7 de la Plata. Además, hubo civiles armados y militares que intentaron sublevarse en Santa Fe— Rosario y Rafaela—, Río Negro—Viedma—, para citar algunos. Excepto en La Pampa, la mayoría de los jefes de la sublevación fueron apresados. Todos los levantamientos ocurrieron entre las 22 y las 24 del 9 de junio. El gobierno estableció a las 0.32 del 10 de junio la Ley Marcial. Pocas horas después, dio a conocer el decreto que ordenaba fusilar a quienes violen la Ley Marcial.
A las 23.30 de ese 9 de junio de 1956, fue allanada una casa en la localidad de Florida y se detuvo a un grupo de civiles que se suponía implicado en la rebelión. A las pocas horas, el teniente coronel Desiderio Fernández Suárez, a cargo de la policía bonaerense, le ordenó al jefe de la Regional San Martín, comisario Rodolfo Rodríguez Moreno, que fusile a los 12 civiles apresados. La medida se llevó a cabo en los basurales de José León Suárez.
Cinco fueron asesinados: Nicolás Carranza, Francisco Garibotti, Carlos Alberto Lizaso, Mario Brión y Vicente Damián Rodríguez. Los que sobrevivieron para contarlo fueron Julio Troxler (Jefe de Policía de la provincia de Buenos Aires, en 1973  y asesinado en 1974 por la "Triple A"), Juan Carlos Livraga, Horacio Di Chiano, Miguel ÁngelGiunta, Rogelio Díaz, Norberto Gavino, y Reinaldo Benavídez. El saldo de la represión fue 18 militares y 13 civiles asesinados. Entre ellos el Gral. Juan José Valle.