10 DE SEPTIEMBRE. DÍA NACIONAL Y MUNDIAL PARA LA PREVENCIÓN DEL SUICIDIO‏

El Día Nacional y Mundial para la Prevención del Suicidio fue concebido para sensibilizar a la población mediante un conjunto de acciones tendientes a generar la detección temprana de la problemática y brindar un tratamiento oportuno y adecuado en la comunidad.

La Dirección Nacional de Salud Mental y Adicciones impulsa una acción para la prevención del suicidio en el Día Nacional e Internacional, el 10 de septiembre. Esta iniciativa permite concientizar a la población de que el suicidio constituye un problema de salud, pero que con el compromiso de todos se puede prevenir.

Junto al Área de Prensa del Ministerio de Salud y el Proyecto Funciones Esenciales de Salud Pública (FESP), la Dirección Nacional organiza una Jornada Nacional para la Prevención del Suicidio. Esta actividad se enmarca en las políticas de promoción de la salud y prevención de las enfermedades tendientes a hacer partícipe a toda la población recuperando los saberes y las redes de gestión locales.

Dicha Jornada contará con la participación de las provincias y tendrá como objetivo convocar a la población y los medios de comunicación para reflexionar sobre la importancia de la prevención del suicidio y el tratamiento que se le da a la información que se genera alrededor de problemáticas tan delicadas y sensibles como la muerte de una persona en estas circunstancias.

Desde 2010

La Argentina adhirió y reconoció al día 10 de Septiembre como el Día Nacional para la Prevención del Suicidio, por la Honorable Cámara de Diputados de la Nación, en aquel año.

Recomendaciones

A partir de un documento elaborado como parte de SUPRE (Suicide Prevention - Prevención del Suicidio), una iniciativa global de la OMS, se detallan algunos puntos a tener en cuenta a la hora de comunicar esta temática.

Si se está informando sobre el suicidio en general, deben usarse fuentes auténticas y confiables; mencionar estadísticas que deberán interpretarse cuidadosa y correctamente; los comentarios espontáneos deberán manejarse con cuidado a pesar de las presiones por tiempo, y tener mucho cuidado con las generalizaciones basadas en cifras pequeñas y las expresiones como "epidemia de suicidios" y "el lugar con mayor tasa de suicidios en el mundo".

También no se debe informar el comportamiento suicida como una respuesta entendible a los cambios o la degradación social o cultural.

En cuanto a la comunicación de un suicidio específico, deberán tenerse en cuenta a la hora de informar evitar la cobertura sensacionalista, particularmente cuando involucra a una celebridad. La misma deberá minimizarse hasta donde sea posible y evitar exageraciones.

Es importante no reproducir las fotografías de la víctima, no informar sobre el método empleado y sus detalles, y la escena del suicidio, para evitar comportamientos imitativos, ya que investigaciones han demostrado que la cobertura por parte de los medios de comunicación tiene mayor impacto sobre el método de suicidio adoptado, que la misma frecuencia con que estos ocurren.

Los titulares en primera página nunca son la ubicación ideal para informar sobre un suicidio y la información acerca del suicidio como algo inexplicable o simplista tampoco es apropiada porque nunca es el resultado de un solo factor o hecho.

El suicidio no deberá describirse como un método para enfrentar problemas personales tales como bancarrota, incapacidad de aprobar un examen o abuso sexual y los informes deberán tener en cuenta el impacto sobre las familias y otros sobrevivientes en términos del estigma y el sufrimiento psicológico.

Es contraproducente glorificar a las víctimas de suicidio como mártires y objetos de adulación pública porque puede sugerir, a las personas vulnerables, que la sociedad honra el comportamiento suicida. Lo correcto es poner el énfasis en lamentar la muerte de la persona o describir las consecuencias físicas de los intentos de suicidio para que actúen como elemento de disuasión.


QUÉ HACER


• Trabajar estrechamente con autoridades de la salud en la presentación de los hechos.


• Referirse al suicidio como un hecho logrado, no uno exitoso.


• Presentar sólo datos relevantes en las páginas interiores.


• Resaltar las alternativas al suicidio.


• Proporcionar información sobre líneas de ayuda y recursos comunitarios.


• Publicitar indicadores de riesgo y señales de advertencia.



QUÉ NO HACER


• No publicar fotografías o notas suicidas.


• No informar detalles específicos del método usado.


• No dar razones simplistas.


• No glorificar ni hacer una cobertura sensacionalista del suicidio.


• No usar estereotipos religiosos o culturales.


• No aportar culpas.