Un grupo de militantes de la Juventud Peronista integrado por Osvaldo Agosto, Manuel Gallardo, Aníbal Bonaldi y Luis Sansoulet, reducen a la custodia del Museo Histórico Nacional de la calle Defensa y sustraen el sable corvo que el general San Martín había legado a Juan Manuel de Rosas en ocasión del bloqueo anglofrancés en homenaje "a la firmeza con que sostuvo el honor de la república contra las injustas pretensiones de los extranjeros que trataban de humillarla". La operación había sido resuelta por el "triunvirato" que conducía a la JP, integrado por Envar El Kadri, Jorge Rulli y Héctor Spina, en protesta por la proscripción del peronismo en las elecciones presidenciales que consagraron a Arturo Illia como presidente con el 22% de los votos. El sable quedó en custodia de Agosto, pero le fue entregado al capitán Aníbal Demarco, quien debía enviárselo a Juan Perón, en Madrid. La Juventud Peronista emitió un comunicado en el que exigió una ruptura con el FMI, proclamando que: "Desde hoy, el sable de San Lorenzo y Maipú quedará custodiado por la juventud argentina, representada por la Juventud Peronista".
El 12 de octubre, día de la asunción de Arturo Illia a la presidencia, el "triunvirato" exigió la liberación de los presos políticos, la devolución del cadáver de Eva Perón, el retorno de Perón y el castigo para los asesinos del desaparecido integrante de la Juventud Peronista Felipe Vallese. Agosto y Gallardo fueron secuestrados y torturados por la temible Brigada de San Martín de la policía bonaerense, la misma que un año antes había torturado hasta la muerte a Vallese, procediendo luego a la detención de activistas y dirigentes peronistas. A raíz de ello y con el propósito de hacer cesar la represión, Demarco decidió devolver el sable, lo que hizo efectivo con una gestión del capitán retirado Adolfo César Phillipeaux. El sable se encuentra hoy depositado -dentro de un templete blindado- en el casino de oficiales del Regimiento de Granaderos a Caballo.