El 31 de mayo de 1950 se dispuso la creación de la Comisión
Nacional de Energía Atómica (CNEA), un organismo que se
ocupa de promover y realizar estudios y aplicaciones científicas e industriales
de las reacciones nucleares.
También tiene la misión de controlar estas actividades para prevenir los
peligros que pudieran causar. Su objetivo fundamental es desarrollar las
aplicaciones pacíficas de la Energía Nuclear, en el campo de la Energía
Eléctrica, Medicina, Agricultura, Industria y Medio Ambiente.
De acuerdo con la Ley de Actividad Nuclear, la CNEA es la encargada de
asesorar al Poder Ejecutivo en la definición de la política nuclear y de
implementarla. Ejerce la responsabilidad de la Gestión de los Residuos
Radiactivos y del retiro de servicio de las centrales al finalizar su vida
útil.
La CNEA exporta tecnología nuclear a través de sus empresas asociadas.
Además, es uno de los pocos productores en el mundo de cobalto 60, utilizado en
radioterapia.
La energía nuclear
constituye uno de los componentes centrales de la revolución científico
tecnológica y de la globalización del mundo contemporáneo. A lo largo de cinco
décadas, Argentina demostró su capacidad de ser protagonista en las múltiples
aplicaciones de la energía nuclear. Al inicio del siglo XXI, sigue contando con
los medios y la capacidad necesaria para consolidar su presencia en una esfera
vital del conocimiento, del desarrollo económico y la preservación del medio
ambiente.