Luego de que en 1898 los Estados Unidos invadieran Cuba y firmaran con España el Tratado de París en virtud del cual quedaban con el control absoluto de Cuba, Puerto Rico y Filipinas, las tropas estadounidenses abandonan la isla, que queda entonces en poder de los cubanos.
Previamente, los ex ocupantes habían tomado algunas precauciones, como las de asegurar la eliminación de aranceles a la importación de productos estadounidenses, la creación de la llamada Ley de Deslindes y división de haciendas comunales, mediante la cual el Estado se apropiaría de muchas tierras que inmediatamente serían vendidas después a empresas estadounidenses privadas, y de la sanción de la Ley ferrocarrilera que favorecería las inversiones estadounidenses en esa esfera y desplazaría a los ingleses, así como las concesiones mineras a las compañías estadounidenses.
Y, fundamentalmente, aplicaron la "Enmienda Platt", con la que el gobierno de Estados Unidos se otorgaba el derecho a intervenir en los asuntos internos cubanos cada vez que lo creyera conveniente.
Durante muchos años se pensó que la elección como primer presidente de la República de Tomás Estrada Palma, quien formalizó los vínculos de dependencia con Estados Unidos, era la independencia de Cuba.
