El 17 de marzo de 1992, una bomba destruyó 29 vidas, la Embajada de Israel, la parroquia Madre Admirable, un hogar de ancianos, una escuela y casas de vecinos. La convocatoria a personalidades de distintas edades, sectores, géneros y profesiones apuntó a poner en evidencia que el terrorismo no discrimina, y recordar que la bomba asesinó a argentinos y ciudadanos de distintos países y religiones.
Por esto el Consejo Federal resolvió incorporar en el calendario escolar una efeméride para reflexionar sobre las implicancias de este hecho aberrante ocurrido el 17 de marzo de 1992 y, a través del mismo, sobre la importancia del respeto por las diferencias, la resolución pacífica de conflictos y el repudio sin atenuantes por el terrorismo y toda otra forma de violencia política.