Cirujano de tórax de renombre mundial, fue creador de la técnica del bypassaorto-coronario o cirugía de revascularización miocárdica, principal trabajo que le dio prestigio internacional ya que el procedimiento cambió radicalmente la historia de la enfermedad coronaria.
Ejerció en su juventud como médico rural en la localidad pampeana de Jacinto Arauz, donde realizó una importantísima tarea de prevención y difusión que llevó a una reducción drástica de la mortalidad infantil en la zona, así como del número de infecciones en los partos y de la desnutrición que causaba estragos en niños y adultos.
Creador de la Fundación Favaloro, del Laboratorio de Investigación Básica, dependiente del Departamento de Investigación y Docencia de la Fundación, luego convertido en el Instituto de Investigación en Ciencias Básicas del Instituto Universitario de Ciencias Biomédicas, fue también creador de la Universidad Favaloro y del Instituto de Cardiología y Cirugía Cardiovascular
También fue integrante de la Comisión Nacional sobre Desaparición de Personas, y fue autor de “Tratamiento quirúrgico de la arteriosclerosis coronaria”, “Recuerdos de un médico rural”, “¿Conoce Ud. a San Martín?”, “La memoria de Guayaquil”, “De La Pampa a los Estados Unidos”, “Recuperando lo invisible: conversaciones sobre cultura”, “El milagro y el valor de la vida”, etc.
Deprimido por las deudas contraídas por su Fundación, afectada por el colapso económico del país y la cesación de pagos del Estado y las obras sociales, pidió ayuda a las autoridades, dirigiendo personalmente una carta al Presidente de la Nación Fernando de la Rúa, que nunca fue leída, en la que expresaba su cansancio de “ser un mendigo en mi propio país”.
Al no tener respuesta y convencido de que la sociedad argentina necesitaba de su muerte “para tomar conciencia de los problemas en que está envuelta”, el 29 de julio del 2000 acabó con su vida.