El 8 de diciembre de 1977 arrancaron a Léonie Duquet de la casa que ocupaba en la parroquia de San Pablo, en el barrio de Ramos Mejía, y de ahí la llevaron al campo de concentración de la ESMA, donde se encontró con su par religiosa Alice Domon y once personas más que habían sido secuestradas tres días antes en la iglesia de la Santa Cruz.
Horacio Méndez Carreras, abogado de la familia de las monjas y Director de Derechos Humanos de la Cancillería, dijo que "Astiz fue el responsable del secuestro de la hermana Duquet y lo hizo para borrar todos los testigos y vestigios de que él había sido el entregador de los secuestrados en la iglesia de Santa Cruz".
Ese grupo solía reunirse en la Iglesia de Santa Cruz, de los padres pasionistas, hasta que ese día hubo un encuentro al que concurrió Astiz, quien se hacía pasar por hermano de un desaparecido. A la salida el marino 'marcó' dándoles besos de despedida a doce personas.
Entre ellos estaban la fundadora de Madres de Plaza de Mayo, Azucena Villaflor de Devicenti, Esther Ballestrino de Careaga y a María Eugenia Ponce de Bianco.
Los marinos represores mantuvieron al grupo unos pocos días en la ESMA, e inclusive ante la repercusión en Francia y otros países por el secuestro de las monjas, las fotografiaron en el interior de la ESMA, con un ejemplar del diario "La Nación" y una bandera de "Montoneros" detrás, para simular que estaban secuestradas por ese grupo armado.
Finalmente optaron por deshacerse de las religiosas y los familiares de los desaparecidos arrojándolos al mar en "vuelos de la muerte". Pero la corriente marina devolvió siete cuerpos y entre el 20 y 30 de diciembre fueron apareciendo en la playa del balneario bonaerense Santa Teresita. De allí los enterraron como NN en el cementerio de General Lavalle.
Los antropólogos del EAAF ya tiene identificados a cinco y restan dos por identificar, pero entre esos hay certezas de que ninguno corresponde al de la monja francesa Alice Domon. Los identificados son Angela Aguad, Azucena Villaflor de Devicenti, Esther Ballestrino de Careaga, María Eugenia Ponce de Bianco y Duquet.
Alfredo Astiz, Jorge "Tigre" Acosta y Ricardo Cavallo fueron condenados a prisión perpetua por los crímenes de lesa humanidad cometidos en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) durante la última dictadura militar. Los acusados fueron juzgados por 86 delitos de lesa humanidad, incluidos los secuestros y desapariciones de la fundadora de Madres de Plaza de Mayo, Azucena Villaflor, y sus compañeras María Bianco y Esther de Careaga; del periodista y escritor Rodolfo Walsh, y de las monjas francesas Léonie Duquet y Alice Domon.