El 3 de Diciembre fue establecido como el Día Mundial del No Uso de Plaguicidas por las 400 organizaciones miembros de la Red de Acción en Plaguicidas, PAN Internacional (Pesticide Action Network) ?correspondientes a 60 países-, recordando a las más de 16.000 personas fallecidas a consecuencia de la catástrofe de Bophal, India, ocurrida en 1984 por el escape de 27 toneladas del gas tóxico metil isocianato, utilizado en la elaboración de un plaguicida de la corporación Union Carbide. Este desastre químico ocurrió en un área densamente poblada y sólo en los tres primeros días murieron 8.000 personas.
Además de otros graves accidentes ocurridos en el mundo desde que se impuso la agricultura de monocultivo con uso intensivo de agrotóxicos, se han contaminado aire, suelos, aguas y alimentos causando graves desequilibrios en los ecosistemas, muerte y reducción de vida silvestre. También se han producido graves impactos en la biodiversidad agrícola y cambios en el patrón de cultivos. Asimismo, se han acelerado los procesos de deforestación y eliminación de la cobertura vegetal, con grave pérdida de la fertilidad de nuestros suelos.
Los mayores daños causados por la aplicación masiva e indiscriminada de plaguicidas en el campo y en los hogares son las muertes y las intoxicaciones agudas y crónicas que frecuentemente afectan a trabajadores/as agrícolas, como también a los consumidores, debido a los residuos de plaguicidas en los alimentos.
En América Latina, el uso de plaguicidas ha causado la intoxicación de millones de personas y ha cobrado miles de víctimas, muchos de ellos niños. Sin embargo, nadie ha asumido la responsabilidad por estos crímenes que permanecen impunes.
El programa de vigilancia epidemiológica de los Ministerios de Salud y la Organización Panamericana de la Salud en 7 países de Centroamérica señala que cada año 400.000 personas se intoxican por plaguicidas. Mientras, en el Cono Sur sólo en Brasil se estima que ocurren alrededor de 300.000 casos al año, constituyendo la intoxicación por plaguicidas un grave problema de salud pública, calificado claramente por la OMS como endémico.
A las intoxicaciones agudas se agrega el problema de la intoxicación crónica, que provoca graves enfermedades como cáncer, malformaciones congénitas y alteraciones en los sistemas inmunológico, neurológico y reproductivo.
De todos los riesgos químicos a los que se enfrenta la población, los plaguicidas constituyen la mayor amenaza. Por eso, el Día Internacional del No Uso de Plaguicidas es la oportunidad para formular un serio llamado de atención a los gobiernos y a la ciudadanía en general. Y, obviamente, es la ocasión propicia para promover con más fuerza que nunca la agricultura agroecológica por un ambiente limpio y una alimentación sana en nuestros respectivos países.