El suelo es un sistema dinámico fundamental para el crecimiento de las plantas y la producción de alimentos, pero también para mantener el equilibrio con la atmósfera, receptar residuos y filtrar contaminantes. En este sentido, de su óptima conservación depende nada menos que la vida en la Tierra, mientras que su mal uso se puede traducir en una alteración de propiedades e incumplimiento de funciones que llevan a la degradación.
Teniendo en cuenta su importancia, hoy, 7 de julio, se celebra el Día de la Conservación del Suelo, establecido en 1963 en memoria del investigador estadounidense Hugh Hammond Bennet, quien trabajó constantemente para preservar este recurso natural.
Como explicamos en otra oportunidad, la degradación de la tierra es un problema que afecta a gran parte de la superficie global, teniendo efectos negativos en la economía de los pueblos, el bienestar de las personas y la conservación de la biodiversidad. Si bien estas presiones y procesos que inciden en sus propiedades físicas, químicas y biológicas pueden ser naturales, en un 80 por ciento son responsabilidad del hombre dado que la tierra es trabajada de manera intensiva sin tener en cuenta prácticas más sustentables capaces de su conservación a futuro.
En el caso específico de Argentina, según la Secretaría de Ambiente de la Nación, de las 280 millones de hectáreas que abarca el país unas 112 millones (es decir, el 40 por ciento) se encuentran afectadas en algún grado por procesos de degradación, principalmente por erosión, entendida como la pérdida de las capas más fértiles del suelo.
En el Día Internacional de la Conservación del Suelo, recordamos la importancia de cuidar de este recurso natural, fundamental para el desarrollo de la vida en el planeta. Bennett fue el precursor, hace unos ochenta años atrás, cuando trabajó por un uso adecuado para evitar la erosión. Así, creó el Servicio de Conservación de Suelos, donde hoy funciona el Servicio de Conservación de Recursos Naturales en el Departamento de Agricultura estadounidense.
En términos de Bennett, “la ciencia debe dedicar inevitablemente una proporción creciente de sus esfuerzos a los problemas de mantenimiento y mejoramiento del suelo productivo. Y dado que la sociedad entera depende absolutamente de la producción del suelo para su existencia presente, la sociedad entera debe participar de esas responsabilidades”. Hoy, celebramos el día en su honor y volvemos a afirmar la importancia de un uso más sostenible para preservar uno de los recursos naturales más valiosos del planeta, del cual dependen el ecosistema, la seguridad alimentaria y la calidad de vida de las personas y demás seres vivos.