Es sepultado en el cementerio chileno de Ñantoco, cercano a Copiapó, el
coronel de la Confederación Argentina Felipe Varela.
Hombre sobrio y caballeroso, de intachable integridad, sistemáticamente
difamado por la historiografía oficial con una intensidad proporcional a la
popularidad y al afecto que se había granjeado entre sus paisanos, fue
recientemente ascendido a general del Ejército Argentino por la presidenta
Cristina Fernández de Kirchner.
Sus restos habían sido repatriados en 1974 y depositados al pie del monumento
con que se lo recuerda en su Catamarca natal.