Esta celebración comenzó en Argentina el 15 de junio de 1908 como "Fiesta del Libro". Ese día se entregaron los premios de un concurso literario organizado por el Consejo Nacional de Mujeres. En 1924, el Decreto Nº 1038 del Gobierno Nacional declaró como oficial la "Fiesta del Libro". El 11 de junio de 1941, una resolución Ministerial propuso llamar a la conmemoración "Día del Libro" para la misma fecha, expresión que se mantiene actualmente.
La revolución del Libro
Las tablas de arcilla o bajorrelieves en diferentes piedras fueron los primeros soportes. A los egipcios les corresponde el invento del papiro, una especie de papel fabricado con una planta que crecía a orillas del Nilo. Las láminas de papiro medían hasta 49 cm de largo y 20 cm de ancho. Se las enrrollaba y lo usaban los escribas para asentar sus escritos. Los chinos aportaron un soporte mucho más perdurable: el papel. Este invento aparece en los registros históricos en el año 105 d. c., pero es sin duda más antiguo. El pergamino fue el sistema usado en Europa durante la Edad Media y tenía la ventaja de que se podía escribir de las dos caras. Se agrupaba en varios pliegos y se cosía formando los códices, que poco a poco fueron constituyendo lo que hoy se conoce como un libro. En esta evolución el impacto más decisivo para la humanidad fue la aparición de la imprenta. En los comienzos de la imprenta se utilizaban los incunables, pero hacia el siglo XVI se dejaron de usar. Con la imprenta llegó la democratización del acceso al saber: hoy es difícil imaginar un mundo en donde se usara en forma casi exclusiva la narración oral para comunicar experiencias e impartir educación. En definitiva: hoy no se puede negar que el avance de la ciencia y de la tecnología habría sido imposible sin la existencia del libro.
Anatomía de un libro
A lo largo de la historia existieron diferentes formas de realizar las ediciones de libros. Aquí se toma como ejemplo una edición completa, de calidad. Antes era más común. Hoy en día es considerada una edición de lujo ya que requiere un alto presupuesto. Habitualmente, se utilizan sólo algunos de estos elementos.
Páginas de guarda: Primera y última páginas que van en blanco y que sirven para proteger el interior (en algunas ediciones estas hojas son de diferente calidad y color que las hojas interiores).
Portadillas: La página uno puede contener sólo el título de la obra y muy poca información más. La página tres, a la que también se suele llamar portada, debe contener, por lo menos, el título de la obra, su autor y la editorial.
Página dos: Aquí se coloca toda la información de la obra (título original, autor, traductor, reservas legales de derechos de autor, número de ISBN -International Standard Book Numer: a cada libro publicado le corresponde un número y un gráfico de barras, esta normativa facilita la búsqueda de libros y su catalogamiento, en cada país hay una autoridad que se encarga de administrar estos números-, datos de la editorial, imprenta, cantidad de ejemplares impresos, etc.). Hasta hace poco, parte de esta información, llamada colofón, se publicaba en las páginas finales.
Agradecimientos, dedicatorias, índices: Este tipo de páginas se pueden colocar luego de las preliminares ya explicadas y antes de comenzar el texto del libro. El índice también puede ir en las páginas finales.