Considerado uno de los mayores poetas argentinos, fue autor de una obra en la que el paisaje y el tiempo se conjugan en un
profundo lirismo. Influido por la poesía oriental y el simbolismo francés, no obstante su fuerte compromiso social, vivió voluntariamente aislado de los ambientes culturales porteños, abocado a una obra que se caracteriza por su delicadeza y la concentrada observación de la "espléndida monotonía" del paisaje fluvial. Autor de "El ángel inclinado", "El agua y la noche", "La rama hacia el este", "El aire conmovido", "El álamo y el viento", "El junco y la corriente", "El Gualeguay", "La orilla que se abisma", etc., falleció en Paraná el 2 de septiembre de 1978.