En Karlshort, suburbio de Berlín, el general Wilhem Keitel firma la capitulación de la Wehrmacht ante el general estadounidense Carl Spaatz, el mariscal del aire británico William Tedder, el general francés Jean de Lattre y el mariscal soviético Georgi Shukov, quien de mala manera ordenó a Keitel firmar el documento ya preparado.
Sin embargo, ya el 4 de mayo los alemanes habían capitulado parcialmente cuando el almirante Hans Georg von Friedeburg rindió una gran formación del ejército ante el mariscal inglés Bernard Montgomery. Asimismo, en la que podría considerarse la verdadera capitulación alemana, el lunes 7 de mayo el general Jodl, en representación de gran almirante Karl Dönitz, sucesor de Hitler, firmó en Reims la rendición incondicional de Alemania ante el general norteamericano Dwight Eisenhower.
Furioso, el premier soviético Iósif Stalin insistió en que la capitulación alemana debía tener lugar en Berlín, que era al fin y al cabo desde donde había sido comenzada la guerra. A la sazón, Berlín se encontraba completamente en poder de las fuerzas soviéticas desde el 2 de mayo, luego de la rendición incondicional del comandante Helmuth Weidling. Fue así que ante el mariscal Shukov y una comparsa de militares aliados, Keitel firmó el documento no el martes 8, según estaba previsto, sino a las 0.16 horas (2.16 horas de Moscú) del miércoles 9 de mayo.
Por esa razón, los norteamericanos conmemoran el fin de la guerra los 7 de mayo, los alemanes el 8 y los rusos el 9. La Segunda Guerra, sin embargo, finalizó el 2 de septiembre de 1945, luego de la rendición incondicional de Japón.