Conocido gracias a sus panegiristas como "El más grande hombre civil de la tierra de los argentinos" y más esotéricamente como "El hombre que se adelantó a su tiempo", es también tenido como el primer presidente argentino, siendo que jamás gobernó más allá de los difusos límites de una aldea llamada Ciudad de Buenos Aires.
Imaginó grandiosos planes mientras que, como representante de la Baring Brothers, realizaba negocios personales que llevaron al país a ser víctima de una interminable dependencia financiera.
Se opuso sistemáticamente a la lucha independentista, siendo el más temible enemigo de José de San Martín, Martín Güemes y José Artigas, promoviendo en forma activa e infatigable la ocupación portuguesa de la Provincia Oriental .
Sus esfuerzos fueron celebrados con un napoleónico mausoleo que le fue erigido en la Plaza Miserere de Buenos Aires, donde descansan sus restos, flaqueados del "Moisés legislador" y otras notables esculturas del gran artista argentino Rogelio Yriurtia.