habían organizado un concurso de novelas. Todos
participaron. Los jurados éramos tres.
El maestro Oscar, puños raídos, sueldo de fakir,
más una alumna, representante de los autores, y yo.
En la ceremonia de premiación se prohibió la entrada de los padres y demás
adultos. Los jurados dimos lectura al acta, que destacaba
los méritos de cada uno de los trabajos. El concurso fue