Nuestro país vivió durante siete años (1976-1983) una de las dictaduras más crueles y sangrientas de Latinoamérica. A partir de 1983, se vive el retorno a la vida democrática que va rearmándose a tientas entre la incertidumbre y la convicción de no sería una tarea sencilla. Es por ello, que el gobierno de Alfonsín fue haciendo concesiones a los sectores que estuvieron ligados al gobierno de facto y que aún mantenían una cuota importante de poder.
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